NOTAS SOBRE LA FAMILIA SERRA Trascripción por Javier SERRA MARIA-TOME de notas fotocopiadas sobre la genealogía de la familia SERRA cuyos originales obran en poder de PABLO SERRA MARCET y que fueron recibidas de su padre PABLO SERRA HAMILTON Sea dicho que, tras las comprobaciones de los datos que en este y otros escritos de la época figuran, hemos visto que algunos de ellos son erróneos, seguramente porque son fechas y situaciones fiados a la memoria y al recuerdo que a veces se entrecruzan involuntariamente.
Partida de casamiento de
Don FRANCISCO SERRA con doña JUSTA RIVERO Consta en el libro corriente de casados de la Parroquia de San Andrés de Segovia del año 1822 al folio 167, que el 17 de diciembre, martes, del referido año de 1822, que el Dr. Bernardino Herrera cura propio de de dicha Parroquia de San Andrés apóstol de la mencionada ciudad de Segovia y en virtud de la Orden del Sr. Provisor Don Juan Rafael de Colmenares, vicario general de aquel obispado y con licencia expresa de Don Gregorio Manso Capellán Párroco de la Maestranza, desposó y casó Don FRANCISCO SERRA soltero y de 21 años de edad, natural de Ciudad Rodrigo con Doña JUSTA RIVERO también soltera y de 15 años de edad, natural de Segovia; hijo aquel de Don FRANCISCO SERRA y de Doña FRANCISCA BASAS y ella de Don MANUEL RIVERO y Doña MARIA RAMOS. Fueron velados por el mismo Don Bernardino Herrera, el 10 de febrero de 1823 según consta en dicho libro Partida de Bautismo de D. FRANCISCO SERRA BASAS Consta en la Santa Iglesia Catedral de Ciudad Rodrigo en el libro de bautizados que dio principio en 15 de marzo de 1765 al folio 77, que en dicha ciudad fue bautizado por Don Claudio Núñez, cura párroco de los castrenses agregados a aquella plaza, Francisco Pedro María que nació a las 2 y media de la mañana del día 9 de marzo de 1801 (jueves), hijo legítimo de Francisco SERRA Maestro Armero del Regimiento de Infantería Navarra y de Doña Francisca BASAS, ambos naturales de la ciudad de Barcelona y bautizados en la Parroquia de San Justo y Pastor; nieto por línea paterna de José SERRA natural del lugar de Sella en Cataluña y de Doña Eulalia GUIA natural de dicha ciudad de Barcelona, bautizada en la referida Parroquia de San Justo y San Pastor y por la materna de Francisco BASAS natural del lugar de Mer en Cataluña y de Teresa ROGER natural de Mataró. Partida de Bautismo de Doña JUSTA RIVERO RAMOS, esposa del anterior, que falleció en Madrid (ella) el 9 de octubre de 1891
Por auto del M.I. Sr. Don Manuel García y Rivero, dignidad de Tesorero y Canónigo
de la Santa Iglesia Catedral de la Ciudad de Segovia en fecha 12 de febrero de 1825 se
mandó poner en el libro corriente de bautizados de otro año al folio 95 vuelto de la
castrense del Real Colegio General Militar de la mencionada ciudad de Segovia, una
partida de bautismo que debió haberse extendido en el libro antiguo en uno de los folios
correspondientes al año de 1807, y en ella consta: Partida de casamiento de Don FRANCISCO SERRA GUIA con Doña FRANCISCA BASAS ROGER, padres de Don FRANCISCO SERRA BASAS Consta en el libro 9 de desposorios folio 467 contenido en el archivo de la Iglesia Parroquial de los S.S. Justo y Pastor de la Ciudad de Barcelona, que el 14 de octubre de 1793 fueron desposados FRANCISCO SERRA natural de Barcelona, feligrés de dicha parroquia e hijo de JOSE SERRA (difunto) y de EULALIA GUIA, con FRANCISCA BASAS, soltera y feligresa de esa parroquia, hija legítima y natural de FRANCISCO BASAS y de TERESA ROGER feligreses de dicha parroquia. Partida de bautismo de Don FRANCISCO SERRA GUIA Consta en el libro 17 de bautismos folio 318 de la Iglesia Parroquial de S.S. Justo y Pastor de la Ciudad de Barcelona que el 29 de diciembre de 1766, bautizó el Dr. Don José Agustín, Pro Subvicario a JUAN FRANCISCO JOSE ANTON, hijo de JOSE SERRA y EULALIA GUIA. (Murió Don Francisco SERRA y GUIA a las 3 1/4 de la tarde del 14 de mayo de 1845, siendo feligrés de la Parroquia de San Andrés en Segovia y a los 78 años de edad no cumplidos y estuvo casado con Doña Teresa BASAS). Partida de bautismo de Doña FRANCISCA BASAS Y BASAS, madre del dicho Consta en el libro 18 de bautismo de la Iglesia Parroquial de los S.S. Justo y Pastor de la Ciudad de Barcelona que el 10 de marzo de 1776 bautizó el Dr. Don Juan Basquite, presbítero y subvicario de dicha iglesia a TERESA FRANCISCA VICENTA, hija de Francisco BASAS y de Teresa BASAS y ROGER Partida de casamiento de Don MANUEL RIVERO Y MEDRANO y Doña MARIA RAMOS Y DE LA FUENTE, padres de Doña JUSTA RIVERO RAMOS Consta en el libro corriente de 1793 de Casados de la Parroquia de San Andrés al folio 114 vuelto, que en la Ciudad de Segovia a 5 de mayo de 1793, Don Gerónimo Durán cura párroco de dicha Iglesia de San Andrés, desposó y casó a Don MANUEL RIVERO Y MEDRANO (MORANTE?) viudo de Doña Beatriz del Canto natural de la de San Justo en aquella ciudad, hijo legítimo de Don MANUEL RIVERO y MEDRANO y MARIA MORANTE, con MARIA RAMOS soltera y natural del Salvador de la misma ciudad e hija legítima de JUAN RAMOS Y FELIPA de la FUENTE. Partida de bautismo de Don MANUEL RIVERO, padre de Doña JUSTA RIVERO Consta en la Parroquia de San Justo de la Ciudad de Segovia en un libro de bautizados que dio principio el año de 1697 con partida de Juan Fernández y concluye en el de 1796 con la de Pedro Arbués Rives al folio 332 y en la Ciudad de Segovia el 8 de diciembre de 1765 Don Sebastián Blanco Herranz cura párroco de dicha parroquia de San Justo, bautizó a MANUEL, que nació el 24 de noviembre del mismo año de 1765, hijo legítimo de MANUEL del RIVERO MEDRANO y de MARIA MORANTE, naturales de la misma Ciudad de Segovia, él, a la Parroquia de san Clemente y ella, a de San Justo referido Abuelos paternos MANUEL del RIVERO natural de Segovia y parroquia de San Clemente y TERESA SANCHO natural de Castillo de Duero: maternos MANUEL MORANTE natural de Valladolid en la parroquia de Santiago y MARIANA MESA natural de Segovia a la Parroquia de San Justo. (Murió Don Manuel Rivero el 23 de agosto de 1840 a las 7 de la tarde, parroquia de San Millán de Madrid, plazuela del Duque de Alba. Tenía 74 años 8 meses y 29 días). Partida de bautismo de Doña MARIA RAMOS de la FUENTE, madre de Doña JUSTA RIVERO Igualmente consta en el libro de bautizados de la Parroquia del Salvador de dicha ciudad de Segovia que principió en 1746 y finalizó en mayo de 1782 al folio 177 vuelto del mismo que en dicha parroquia Don Gaspar González cura propio de ella bautizó el 8 de diciembre de 1764 a una niña que nació el 29 de noviembre del mismo año, hija de JUAN RAMOS natural de la Parroquia de San Justo y de FELIPA de la FUENTE de la de Santa Eulalia. Abuelos paternos IGNACIO RAMOS natural de dicha parroquia de San Justo, de ANA MATEOS natural de la misma parroquia. Abuelos maternos FRANCISCO de la FUENTE y MARIA MORANTES naturales de la parroquia de Santa Eulalia de dicha ciudad; se la puso por nombre Maria de la Concepción y por abogados a San Saturnino y San Antonio. (Murió Doña María Ramos el 23 de enero de 1838 a las 12 de la noche. Tenía 63 años 1 mes y 24 días. En la Plazuela del Duque de Alba de Madrid, parroquia de San Millán).
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Fotografía de estudio de Justa Rivero Ramos. A su izquierda, foto de Francisco Serra y Basas, dedicada en 1877 a su hija Pilar, entonces ya toda una mujer de treinta y tantos años.
Hecha por el premiado fotógrafo E. Otero, de Madrid,
1er. hijo: Francisca Fue una niña que nació el 14 de noviembre de 1823 a las 11 de la mañana en la calle de Santa María frente a la de Santa Polonia nº cuarto principal en Madrid, parroquia de San Sebastián donde fue bautizada. Murió el 15 de mayo de 1827 a las 6 y media de la mañana después de haber padecido horriblemente por espacio de más de 2 años. Su última enfermedad le duró más de 6 meses sin levantarse de la cama. Vivió 3 años, seis meses y siete horas y media. Estatura alta, algo morena aunque poco,de mediano parecido pero de mucha penetración. Fue confirmada en la parroquia de San Sebastián en las confirmaciones de 1827. 2º hijo: Manuel Manuel Serra y Rivero nació el 10 de febrero de 1825 a las 12 y media del día en la misma habitación que su hermana y por lo tanto fue bautizada también en San Sebastián de Madrid. Fue confirmado cuando su hermana * Falleció el 17 de enero de 1861 al anochecido y a los 35 años de edad. Fue enterrado en el nicho nº 324 de el patio de columnas donde está el panteón de Mendizábal en la Sacramental de San Nicolás de Bari. Era abogado. 3er hijo: Felipe Felipe Serra y Rivero nació el 26 de mayo de 1826 a las 4 y media de la mañana en la misma casa que sus anteriores hermanos y por consiguiente su partida de bautismo obra en la parroquia de San Sebastián de Madrid. Murió el 18 de septiembre de 1827 a la una menos cuarto del día. Su mucha robustez le hizo cuajar toda la dentadura a un tiempo y a lo cual no pudo resistir. Vivió un año, 3 meses, 23 días y 8 horas y 15 minutos. Estatura y color parecido y en todo exacto retrato de la niña y como ella muy listo. 4º hijo: Francisco Francisco Serra y Rivero nació el 21 de diciembre de 1827 en la calle del León parroquia de San Sebastián en donde obra su partida, Murió el 19 de julio de 1828. Vivió siete meses y días. 5º hijo: Francisco Francisco Serra y Rivero nació el 23 de marzo de 1829 en la calle del León parroquia de San Sebastián en donde obra la partida de bautismo. Casó en Cartagena de Levante el día 12 de junio de 1867 en la Iglesia de San Miguel con Josefina Martínez de Galinsoga y Martínez de Galinsoga, natural de Vélez Rubio, hija de Don Francisco y Doña Josefa, natural el primero de Madrid y la segunda de Vélez Rubio (Cartagena).
Fueron padrinos el padre de ella y la madre de él, Testigos su hermano Luis Serra, teniente de navío de 2a, Don Juan Matías coronel de artillería y Don Victoriano Pérez propietario. Obra su partida de matrimonio en la parroquia de Santa María. Este matrimonio no tuvo sucesión. Falleció Don Francisco Serra y Rivero en Madrid, calle de Orellana nº 8, piso izquierda el día 9 de marzo de 1896 siendo general de división en reserva, procedente del Arma de Artillería.
6º hijo: José José Serra y Rivero nació el 19 de febrero de 1833 a las 10 de la mañana en la misma casa que el anterior (Calle del León) y por consiguiente Parroquia de San Sebastián. Casó con Doña Pilar LUGO-VIÑA DANSO el 10 de julio de 1873, no teniendo sucesión en su
matrimonio. 7º hijo: Sebastián Sebastián Serra y Rivero nació el 20 de enero de 1833 en la calle del León de Madrid parroquia de San Sebastián. Murió de cólera morbo el 20 de julio de 1834. 8º hijo: Luis
Calle del León Luis Serra y Rivero nació el 24 de agosto de 1834 a las 11 y media o 12 de la noche en la misma casa (calle del León) y parroquia. Fue confirmado en febrero de 1846 en casa del Sr. Arzobispo Posadas, administrado por él mismo. Murió en la villa de Segovia, en la casa solariega de su madre en la calle Santa Isabel nº 4, lindante con la Academia de Artillería, el día 5 de julio de 1900 a los 67 años de edad, sin haber contraído matrimonio, siendo entonces Capitán de Fragata retirado. 9º hijo: Pablo
Santa Cruz, Madrid Pablo Serra y Rivero nació el 2 de enero de 1836 en la calle de Barrionuevo (ahora Romanones) parroquia de Sta. Cruz. Murió a los 9 meses y le acompañó al camposanto Don Manuel Tejero. 10º hijo: Mariano Mariano Serra y Rivero nació el 24 de septiembre de 1837 a la una del día. Murió el 10 de noviembre del mismo año, sin llegar a cumplir su segundo mes. 11ª hija: Justa
en el número 4 de la plazuela del Duque de Alba, Colegio de Humanidades de Francisco de Serra Justa Juana Carmen Serra y Rivero nació a la una en punto del 23 de junio de 1839 en la casa nº 4 de la Plazuela del Duque de Alba en Madrid, siendo Colegio dicha casa. Fue padrino Don Aníbal Morillo natural de Montpellier (Francia) e hijo de los Condes de
Cartagena.
Eduardo y Justa Casó el 14 de mayo de 1873 con el oficial primero de Administración Militar Don Eduardo Agustín y Pardo hijo de Don Domingo y Doña Dolores. Murió Doña Justa Serra y Rivero a los 45 años de edad el día 30 de enero de 1884 en la casa nº 2 de la calle de la encomienda, de Madrid, dejando a su viudo con cuatro hijos:
Francisco y Eduardo, los dos hermanos de niños posando juntos para el album fotográfico de la familia Años después, los hermanos posan por separado, Francisco y Eduardo Agustín y Serra Eduardo, oficial de la Guardia Civil procedente del Arma de Infantería, Francisco, oficial de Infantería, Pilar que es la mayor y la menor fue Dolores que falleció a los pocos meses de nacer. Don Eduardo Agustín y Pardo falleció siendo Intendente del Ejército de la reserva, a los 67 años de edad, el día 1º de enero de 1906, en Madrid, calle de San Mateo nº 15 y fue enterrado en el Cementerio de Santa María de Madrid a cuya misma sepultura fueron entonces trasladados los restos de su esposa que anteriormente estuvieron depositados en el Cementerio de San Nicolás de Bari. Calle de San Mateo, 15 (actualmente es el nº 17, aunque el portal conserva el 15 original) 12º hijo: Pablo Pablo Serra Rivero y Dolores Lugo-Viña Dansó, Mamá Lola, ya viuda en esta foto. Pablo Eugenio Serra y Rivero nació el lunes 6 de setiembre de 1841 en la misma casa. Fueron padrinos Don Juan y Doña Josefa Morillo, hijos de los Condes de Cartagena. Fue confirmado en 1846 en casa del Sr. Arzobispo Posadas administrado por él mismo. Casó en San Juan de Puerto Rico el día 1 de abril de 1875, con Doña Dolores LUGO-VIÑA DANSO, hermana de la mujer de su hermano José. Era Don Pablo SERRA oficial primero de Administración Militar, de cuyo matrimonio nacieron 10 hijos, Justa, Wenceslao, Isabel, Eugenia, Manuel, Paco, José, Eduardo, Pablo y Luis. Los cinco primeros nacieron en San Juan de Puerto Rico, los tres siguientes en Soria, el 9º en Madrid y el último en San Juan de Puerto Rico, ocho días antes de la muerte de su padre. Calle del Cristo, San Juan de Puerto Rico Murió Don Pablo Serra y Rivero en la calle del Cristo nº 12 de San Juan de Puerto Rico, siendo Comisario de Guerra de primera clase, el día 25 de noviembre de 1888. La partida de defunción está inscrita en el registro del Distrito de Buenavista en agosto de 1902, libro 110 folio 398. En el cementerio público de Soria se concedió la sepultura nº 121 del grado único, orden primero, para sí (Don Pablo Serra Rivero) sus hijos y sucesores. Firmado por el Alcalde el 31 de octubre de 1885. 13º hijo: Pilar Pilar Serra Rivero María del Pilar Carmen Eulalia Serra y Rivero nació el 12 de febrero de 1845 en la misma casa, plazuela del Duque de Alba nº 4 a las 10 de la noche. Fueron padrinos sus hermanos Manuel y Justa. Fue confirmada en casa del Arzobispo Posadas por él mismo. Fernando VI, 13-15, Madrid Fue enterrada en la Sacramental de Santa María de la Almudena. 14º hijo: Laureano Laureano Gaspar Bono Luis Justo Serra y Rivero nació el 4 de julio de 1846 a las 11 de la mañana. Fueron padrinos sus hermanos Luis y Justa. Murió en La Habana en la madrugada del 14 de junio de 1969, siendo Oficial 2º de la Administración Militar.
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LA TURBULENTA ESPAÑA DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX
LAS GUERRAS CARLISTAS Y MUCHO MÁS
Carlos María Isidro (a la izquierda) hermano menor de Fernado VII e incitador del enfrentamiento de las ramas Borbón y, por ende, responsable primero de las sangrientas disputas sucesorias que se extendieron a lo largo de más de cuarenta años de historia de España. A la muerte del absolutista Fernando VII en 1833, dejando como heredera a Isabel, de tres años edad, aparece el problema sucesorio que iba a servir de excusa para que España se dividiera en dos bandos y asistiera a tres guerras civiles, la llegada de un efímero monarca italiano, una breve y desastrosa experiencia revolucionaria, la restauración borbónica dando por resultado una nación debilitada por casi medio siglo de luchas intestinas que la dejan prácticamente deshecha para finalizar en el desastre de la corta y dura guerra con Estados Unidos de 1898. Según el La Ley Sálica de Felipe V de 1713, una mujer no podría ocupar acceder al trono, contradiciendo Las Partidas de los siglos XII y XIV, que contemplaban la sucesión femenina al trono si no había hijos varones. Comoquiera que ya durante el reinado de Carlos IV (padre de Fernando VII y de Carlos María) en 1789, se había aprobado la Pragmática Sanción derogando el mencionado Reglamento de 1713, la Ley Sálica (nunca aprobada en cortes) dejaba de tener validez. Precisamente es tras la muerte de Fernando VII cuando Francisco Serra Basas, beneficiándose del nuevo clima de libertad, funda el Colegio de Serra en la calle Barrionuevo (la actual calle de Mesonero Romanos, cronista de Madrid), que abre sus puertas en octubre 1834 para iniciar su primer curso de 1834-35. En ese mismo verano habia nacido el 24 de agosto Luis, octavo hijo del matrimonio, que también sería militar, marino precisamente, a pesar de su permanente mala salud.
Anverso y reverso de la medalla de premio a la aplicación del Colegio de Humanidades por D. Francisco Serra Para mejor comprender la importancia del colegio, digamos que Basilio Castellanos de Losada, el primer profesor de Arqueología de España, a cargo de las cátedras de Arqueología del Ateneo, del Liceo Artístico y Científico y del Instituto Español, también enseñó Arqueología en el Colegio de Humanidades de Francisco Serra. A partir de 1856 fue director de la Escuela Normal de Instrucción Primaria.
Pero tal vez el mejor ejemplo de la buena enseñanza del centro lo tengamos en Eusebio Castelo y Serra, nacido en Segovia el 5 de mayo de 1825 y que tras las primeras letras en Segovia viniera a hacer el bachillerato al Colegio de Humanidades de su tío Francisco Serra Basas. Buen estudiante fue, pues a los quince años comenzaba a estudiar medicina en el Real Colegio de San Carlos de Madrid, licenciándose a los 22 con las máximas calificaciones. En 1849 fue nombrado regente de segunda clase de Retórica y poética. Cinco años después, en mayo de 1852 leyó, en la Universidad Central, su tesis doctoral. Ingresa por unanimidad en la Real Academia de Medicina 23 de abril de 1854 y finalmente, el 30 de diciembre de 1890, es nombrado presidente de la Academia. El 30 de enero de 1892 muere Eusebio Castelo a los 71 años de edad, siendo un médico querido y respetado dentro y fuera de España, llamado incluso a consulta por los médicos del emperador Federico II de Alemania. Tanto en Segovia como en Madrid el Dr. Castelo tiene su calle. Mientras tanto, la historia seguía corriendo y ya era un hecho que Carlos María Isidro de Borbón, hermano del fallecido Fernando VII, se opuso a la sucesión de su sobrina, reclamando para sí la corona de España, declarando ilegal la Pragmática Sanción que había aceptado en 1830. Pero se desdijo de su anterior acatamiento y arrastró la nación que ambicionaba a una serie de desastrosas guerras, al lanzar su Manifiesto de Abrantes el primero de octubre de 1833.
Última imagen oficial de Fernando VII con la reina María Cristina paseando por los jardines de palacio, 1830. De este modo, la querella sucesoria degeneró en la primera de las tres guerras, comenzando en ese año de 1833 la inútil lucha que iba a prolongarse hasta 1840. La nación se desgarró en casi dos mitades, en el norte las Vascongadas rurales (las capitales vascas siguieron siendo leales a la corona) Galicia, Navarra, parte de Aragón y Cataluña) fueron el feudo de los absolutistas, o carlistas que apoyaban a Carlos, a quien proclamaron rey con el nombre de Carlos V. Por contra, los liberales o cristinos, en todo el resto de España, reconocían en Isabel II a la heredera de la corona, siendo Reina Regente su madre, María Cristina de Borbón.
Abrazo de Vergara entre los generales Espartero y Maroto.
Terminada la primera guerra carlista en 1840, la situación parecía haber llegado a la normalidad con el acuerdo logrado el 29 de agosto de 1839 (que pasaría a denominarse el Abrazo de Vergara) con la pacificación de España, salvo las tropas de Ramón Cabrera, que seguía luchando en zonas de Cataluña hasta su derrota en 1840, tratando de recuperar los fueros que había perdido en su enfrentamiento con la corona.
Al siguiente año, el 6 de setiembre de 1841, nace en el edificio del Colegio de Serra el duodécimo hijo y siguiente militar de la familia Serra Rivero, Pablo, que serviría en la Administración Militar en España, en Filipinas y en Puerto Rico. Mientras el mayor de los militares, Francisco, se encontraba cursando estudios en el Colegio de Artilleria y en la Escuela de Aplicación (de tiro) en la que había ingresado el día de Reyes de 1845 (hasta diciembre de 1848) se inician en Cataluña una serie de enfrentamientos que se denominarían más tarde segunda guerra carlista, manteniéndose ese estado de combate durante tres años, de 1846 a 1849. Esta nueva serie de batallas se originan alrededor de otro hecho en la vida de Isabel II, el temprano y desacertado matrimonio con su primo Francisco de Asís de Borbón.
En 1843, con 13 años, Isabel II había sido declarada mayor de edad. Aunque hoy día parezca una causa poco convincente, el motivo para la nueva oleada de combates y muertes era que los carlistas querían que el hijo de Carlos María Isidro de Borbón (Carlos V) Carlos Luis María de Borbón, pretendiente al trono de España como Carlos VI se hubiera casado con su prima Isabel II y así se habría alzado como rey de España, aunque fuera a título de rey consorte.
El forzado matrimonio de Isabel con su primo Francisco de Asís no sirvió de mucho, ni a la reina, ni a la nación Desde la distancia que dan los años trascurridos, no se comprende que un tío de la niña Isabel, hubiera desencadenado una guerra feroz como el pretendiente Carlos V y, tras abdicar en mayo de 1845 en su hijo Carlos Luis, exigiera que la antigua niña enemiga aceptase casarse con su vástago para compartir con él de buena gana el reino que su tío y pretendido suegro había querido arrancar a sangre y fuego de sus manos.
Carlos Luis de Borbón, segundo pretendiente carlista al trono de España con el nombre de Carlos VI en una imagen de la época que lo define como "Príncipe de Asturias". Con el fin de los combates y toda vez que el fallido novio Carlos Luis fuera detenido en abril de 1849, al traspasar la frontera desde Francia, parecía que había llegado por fin el momento de hablar de paz, toda vez que los carlistas quedaron amnistiados. También durante la segunda guerra carlista, llega al mundo el último de los hijos militares, Laureano, el 4 de julio de 1847. Además de otra intentona carlista, la Ortegada de 1860, llegó el día en que dio comienzo la tercera y definitiva guerra carlista, que se mantuvo entre 1872 y 1876, cuando otro Carlos pretendiente, Carlos María que quería ser Carlos VII, sobrino del frustrado novio Carlos VI, se lanzó como jefe de la Comunión Católico-Monárquica frente a la llegada del extranjero Amadeo de Saboya, solución propuesta como reemplazo de la destronada Isabel II (1868) y también contra el que sería Regente del Reino de España, el general Serrano. Como el buen Amadeo I (Amadeo de Saboya) terminara por abdicar, a la vista del desastroso estado de la nación española, Carlos VII se dirigió contra la I República, que duró solo un año, pasando después a ser enemigo de un niño de su familia, siguiendo la tradición de la lucha sucesoria, siendo esta vez el enemigo a batir el hijo de Isabel II, Alfonso XII. Esta tercera guerra se mantuvo dentro del territorio de Cataluña, Navarra y las Vascongadas, sin conseguir jamás su objetivo de conquistar Bilbao.
Carlos VII, tercer pretendiente carlista al trono de España. En 1876 el general Martínez Campos derrotó finalmente a las fuerzas carlistas, viéndose el pretendiente de nuevo obligado a buscar refugio en Francia, al igual que lo habían hecho sus antecesores. Quedaba expedito el camino para que Alfonso XII accediera al trono de España a los 17 años recién cumplidos como rey pacificador. Para que ya no hubiera más luchas sucesorias, la exiliada reina Isabel abdicó en su único hijo varón.
Isabel II con su hijo Alfonso XII, segundo de los cinco habidos en su matrimonio con Francisco de Asís (Isabel, Alfonso, María del Pilar, María de la Paz y Eulalia)
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Árbol genealógico de la familia Serra Rivero Francisco Serra y Justa Rivero tuvieron 15 hijos, de los cuales solo 8 sobrevivieron a la primera infancia. De esos ocho hijos, cinco se dedicaron a la carrera de las armas y es de ellos de quienes vamos a hablar más en este capítulo.
Lo primero que hay que señalar es que ninguno de los hijos se dedicó a continuar la obra de su padre en el colegio de Humanidades de D. Francisco Serra, a pesar de la labor realizada y el buen nombre adquirido por la institución.
Manuel. el brillante Doctor en Jurisprudencia murió demasiado pronto, a los 35 años de edad. Efectivamente, ni Manuel que fue un aplicado alumno de su padre y un muy brillante abogado, ni más ni menos que Doctor en Jurisprudencia por la Universidad de Madrid, en su sede de la calle de San Bernardo en 1848, a los 23 años, con su tesis "Discurso sobre el examen de los sistemas ganancial y dotal" editada en Madrid en la Imprenta de la Sociedad de Operarios. Desgraciadamente murió muy joven, a los 35 años de edad,
Las dos hermanas en una familia en la que dominaron los varones por amplia mayoría, seis frente a dos. Tampoco Justa, madre de tres hijos y que murió también joven, a los 45 años, se debió sentir atraída por la enseñanza. La más joven de los tres, Pilar vivió muchas más años que sus dos hermanos, pero poco pudo hacer "toda vez que padecía enajenación mental" y siempre vivió bajo la tutela de sus hermanos, muy especialmente de Luis, el único soltero de los hermanos militares. Tal vez lo que más nos puede llamar la atención hoy en día a sus descendientes es la facilidad con la que los Serra Rivero se movieron por profesionalmente por los más que dispersos restos del que fuera inmenso imperio como si nada, yendo y viniendo de la península a Filipinas, a Canarias, a Puerto Rico y a Cuba como si tal cosa, que parecía que lo suyo era ir saltando de isla en isla hasta el último día de sus vidas.
Francisco y Justa, orgullosos padres de una gran familia, posan cansados por los años y las emociones vividas para el fotógrafo M. Hebert.
Como se lee en la primera subdivisión de la Hoja de Servicios del Cuerpo de Artillería, el mayor de los cinco hijos militares, Francisco (Serra y Rivero Basas y Ramos) nació en Madrid el día 23 de marzo de 1829.
La hoja matriz de servicios del todavía coronel de artillería comenzaba especificando su fecha precisa de nacimiento.
Josefina y Paco, fotos de un precioso álbum familiar de bolsillo. Sirvió Francisco durante más de cuarenta años en el Cuerpo de Artillería y se especifican en la hoja de servicio las comisiones desempeñadas de 1858 a 1874. En ella podemos leer:
De coronel, con uniforme gala en dos preciosas fotos de estudio,
Esta es la "Octava Subdivisión" de la hoja de servicios con las Comisiones desempeñadas. En sucesivos añadidos y correcciones a la hoja matriz nos encontramos con otras comisiones que casi parecen un minué de nombramientos y destinos hasta terminar con el ascenso al generalato y definitivo destino en Canarias:
En la "Tercera Subdivisión" de la hoja de servicios, los aumentos por abonos del doble tiempo en campaña, se especifica que "Por la insurrección republicana y guerra carlista desde 1868 a 1876" le corresponden 6 meses y 29 días de abonos, escasa compensación de ocho años en campaña, pero eso era lo que se daba y también lo que se pedía, pues no cabe duda de que nuestros antepasados estaban construidos con un material mucho más resistente que el nuestro.
Falleció Francisco en Madrid, dos semanas antes de cumplir 67 años, el día 9 de marzo de 1896 siendo general de división del Arma de Artillería en la reserva.
José nació el 19 de febrero de 1833 a las 10 de la mañana en Madrid. Ingresó en el Colegio de Artillería de Segovia el 11 de enero de 1848 y en él cursó estudios hasta 12 de julio de 1856, fecha en la que se incorporó al 4º Regimiento de Artillería y en esa unidad permaneció hasta fin de diciembre de 1870, tras haber ascendido a comandante en septiembre de 1868. En 1871 José se dirige a Cádiz para embarcarse rumbo a Puerto Rico, a su nuevo destino en la subdirección del Parque de la comandancia de Artillería.
En un impresionante documento encabezado con el escudo de armas de la nación española, expedido el 22 de enero de 1871 se hace constar lo que sigue: EL CAPITÁN GENERAL DE CASTILLA LA NUEVA Poco después, Amadeo I nombró a Rafael de Izquierdo y Gutiérrez Gobernador General de las Filipinas. de Izquierdo había sido un elemento muy importante en la revolución de 1868 que llevó al derrocamiento de Isabel II y como gobernador puso en marcha el servicio de correos y el de telégrafos, junto con la inauguración de del servicio de vapores en las islas, pero también tuvo que enfrentarse a la sublevación de las tropas filipinas de artillería que asesinaron a sus oficiales en la plaza fuerte de Cavite. A partir de ese momento, solo se incorporan soldados españoles a las unidades militares. Lo más chocante de su represión es que ordena ajusticiar a tres sacerdotes como responsables del adoctrinamiento de los rebeldes.
Tal vez la mejor explicación de esa actuación tan absolutista del pretendido gobernador liberal sea la que nos presenta en su artículo RIZAL Y LA MASONERÍA (Revista Filipina) D. Guillermo Gómez Rivera (Academia Filipina de la Lengua) que ahora extractamos: Es por eso que cuando Rafael de Izquierdo, masón del grado 33, mandaba ejecutar por garrote vil a los tres sacerdotes católicos, Gómez, Burgos y Zamora, culpándoles por el alzamiento caviteño de 1872 mientras tan solamente desterraba a las Marianas a sus hermanos masones (de Tavera, los Regidor y tantos otros) hemos de ver de otra forma "la raíz del martirio" de esos tres sacerdotes que, oficialmente, se achaca a los españoles en general por parte del "escolarizado" pinoy de nuestros días... ...En resumidas cuentas, los anteriormente exilados a las Marianas (Pardo de Tavera y Regidor), por maniobra de su hermano masón en el Gobernador General Rafael de Izquierdo, muy facilmente se escaparon y lograron establecerse "muy cómodamente" en Paris y Londres, "mientras pagaban por el crimen de éstos" los tres mencionados sacerdotes. Rafael de Izquierdo, como la justicia lo requería, debía haber mandado al garrote vil a dichos exilados en vez de los tres sacerdotes inocentes. Pero no lo hizo. Los desterró a los verdaderos culpables del motín caviteño de 1872 a las Marianas para salvarles la vida por ser hermanos masones. Y, como no era ningún secreto la guerra entre masones y frailes españoles, Rafael de Izquierdo no tuvo ningún inconveniente en mandarles ejecutar a los tres sacerdotes por garrote vil... ...Rizal se daba de baja de la masonería porque no estaba conforme, según doña Soledad Vital de Luna, con la propuesta venta de Filipinas a Estados Unidos por US$30 millones. Tanto amaba Rizal a su tierra natal que le disgustó sobre manera la propuesta masónica de venderla a los Estados Unidos (con Cuba y Puerto Rico). Junto a esta desavenencia con Serrano Laktaw viene el ofrecimiento, por parte de Rizal, de sus servicios como médico al ejército español que luchaba contra la "insurrección de los masones cubanos" contra su madre patria, España. Y este rechazo por parte de Rizal es la causa por el que se le fusiló puesto que todos los testigos que se declararon en su contra ante el Consejo de Guerra en Manila, todos los testigos eran masones. Y esto nos lo señala no menos que el gran rizalista, León María Guerrero en su bien documentado libro, The First Filipino (El primer filipino): ...y en su juicio XXX masones habían testificado contra él, entre ellos Pedro SERRANO LAKTAW, Timoteo PAEZ, Moisés SALVADOR, José DIZON y Antonio SALAZAR. (página 531, Leon María Guerrero, The First Filipino) Estos datos, puestos en orden, apuntan muy claramente quiénes mandaron, de hecho, fusilar al Dr. José Rizal, valiéndose, desde luego, de la maquinaria adminstrativa del entonces gobierno español en Filipinas... Para rematar el artículo, Guillermo Gómez Rivera recoge la declaración más definitoria del General Aguinaldo sobre el entramado masónica de la rebelión contra los españoles y a favor de Estados Unidos que terminaría con el inicial sueño de filipino de su independencia para quedar atrapada la nación en un nuevo y más rígido colonialismo:
La triunfante revolución de 1896 fue masónicamente inspirada, masónicamente acaudillada y masónicamente puesta en ejecución, y me aventuro en decir que la primera República
Filipina de la que fui su humilde Presidente, fue un triunfo que debemos en gran parte a la Masonería y a los masones. Emilio Aguinaldo y Famy
José Serra Rivero, otro artillero en la familia.
Parte oficial de matrimonio de José y Pilar.
A poco de llegar a la isla, José conoció a la iba a ser su mujer, Pilar Lugo-Viña Dansó y no tardó mucho en entablar relaciones y pedirla en matrimonio. Casó con ella el 10 de julio de 1873, cuando España pasaba por la primera etapa republicana, como acredita la corrección escrita sobre el sello del Gobierno Provisional. Pilar era hermana de Dolores Lugo-Viña Dansó, la queridísima Mamá Lola, madre de los Serra Lugo-Viña, alrededor de los cuales gira la historia de estas páginas. Desgraciadamente el matrimonio de Pilar y José no tuvo hijos.
En la partida de matrimonio se especifica que José "comandante del Cuerpo de Artillería con destino al parque de la referida arma de este departamento, natural de la Villa de Madrid" casó con "Doña Pilar Lugo Viña y Dansó, soltera, natural del pueblo de Guayama en esta isla de Puerto Rico y vecina en la mencionada parroquia de San Francisco, hija legítima de Don Wenceslao Lugo Viña y Oliver, natural de Santa Cruz de Tenerife en la Gran Canaria (sic) y de Doña Eugenia Dansó y Magnet, natural del pueblo de Patillas en esta Isla."
En septiembre de 1875, José pide ocupar la plaza que deja vacante su inmediato superior, el teniente coronel don Ramón Rodríguez Rivera al haber solicitado éste su pase al Ejército de Filipinas.
El aspecto general de José evidencia la falta de buena salud.
Hoja de servicios de José en el Cuerpo de Artillería desde cadete, a los quince años, a teniente coronel del 5º Regimiento Montado de Artillería de Campaña.
El final de su hoja de servicios, en Valencia, a 31 de diciembre de 1882 y ampliada a fin de abril de 1883 lleva todas las firmas necesarias: el coronel D. Federico Alonso y Esteve, primer gefe del regimiento, el teniente coronel D. Felipe Mathé Dejado, comandante mayor, y la del propio interesado, José Serra Rivero, dando su visto bueno.
Alfonso XII. Rey Constitucional de España, le concede la placa de la orden de San Hermenegildo el 28 de enero de 1880 El 9 de junio de 1883, se le concede el retiro con sueldo, exactamente 810 pesetas mensuales, correspondiente al noventa por cien del sueldo de su empleo. Murió José Serra y Rivero no mucho después, el día 1 de marzo de 1885 a los 52 años, siendo teniente coronel retirado de artillería, tras haber sufrido mucho por la grave lesión al corazón que padeció durante años.
El marino de la familia, Luis Serra Rivero. Luis Serra y Rivero nació el 24 de agosto de 1834.
La fragata "Almansa" El cañonero "Yumurí" era uno de los 30 cañoneros de la clase Ericsson construidos en Estados Unidos en 1869 para la Real Armada, y pagados con el dinero que se obtuvo, por suscripción popular, en Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo para proteger esas islas. La realidad demostró que no eran embarcaciones muy marineras, por ser de fondo plano, y que su velocidad no era suficiente para perseguir a corsarios y contrabandistas, pero al adquirirse por suscripción pública, se sacrificó la calidad frente a un número mayor de unidades. De su servicio en el cañonero "Yumurí", lo mejor que podemos citar es el informe que de él hace el comandante general del apostadero de Nuevitas, Rufino González Olivares y Fernández (posteriormente comandante general de las Fuerzas del Norte en la 3a. guerra carlista) el 4 de julio de 1876 que dice así: "Antes de concluir este parte de campaña, excelentísimo señor, aunque ya bien extenso por lo extraño del servicio, no debo concluir sin recomendar a V.E., muy eficazmente a todos los voluntarios, artilleros y marinos que han servido estos días a mis órdenes, con especialidad el sereno e inteligente comandante y mi querido compañero del Yumurí, D. Luis Serra..."
También de la clase Ericsson, el cañonero "Indio", construido de madera y con 179 toneladas de desplazamiento, tenía 32,3m de eslora, 6,7m de manga y 1,42m de calado. Estaba propulsado por dos motores de vapor de 137 CV, que accionaban cada uno una hélice Ericsson, alcanzando 9 nudos de velocidad. En proa los cañoneros de esta clase tenían un montaje giratorio con un cañón Parrot de 130 mm.
El "Cóndor" era un cañonero de tercera clase equipado con una máquina de triple expansión, alimentada por una caldera del tipo locomotora que daba 155 CV en tiro normal y 295 CV en tiro forzado que le permitía mantener una velocidad de 19 nudos.
El "Cóndor" aparejado de balandra.
Don Amadeo Primero, por la Gracia de Dios y la Voluntad Nacional Rey de España, condecora a Luis con la cruz de la orden militar de San Hermenegildo el 4 de abril de 1872, con antigüedad de 11 de enero de 1870
Precisamente el nombramiento de Amadeo de Saboya como rey de España es el detonador de la última guerra carlista, en la que también se va a ver inmerso Luis como tantos otros españoles.
Y aquí, cuatro años después, se detallan los servicios de Luis, ya ascendido a coronel de Infantería de Marina, capitán de fragata, del 17 de marzo al 1874 de noviembre de 1875, siempre al mando de la goleta "Buenaventura".
En la madrugada del 4 de Marzo de 1873, tras una jornada de prueba de máquinas, se declaró un incendio á bordo de la goleta de guerra Buenaventura, fondeada en el arsenal del Ferrol. Fue llevada al dique y como no se extinguía el incendio en máquina y calderas, se echó a pique el navío. La goleta, construida en 1857, era de hélice y del porte de dos cañones, con una potencia instalada de 800 CV. Al poco tiempo el buque sería reflotado, reparado y alistado, siendo Luis Serra uno de sus comandantes en la tercera y última guerra carlista. La goleta reconstruida tenía un desplazamiento de 553 toneladas y una dotación de 81 hombres. Llevaba tres cañones rayados, uno de 16 cm y otros dos de 12 cm. Inicialmente la Marina sólo pudo destinar al Cantábrico una reducida flotilla formada por la goleta Buenaventura, los vapores Gaditano, Ferrolano y Aspirante y algunas escampavías. Este puñado de navíos se vio sometido a combates diarios con posiciones carlistas situadas en la costa y a lo largo de la ría, hasta la llegada de más medios navales, tras el fin de los combates en el Mediterráneo en noviembre de 1875. El 25 de marzo de 1874, la goleta Buenaventura bombardea Santurce, Algorta y las posiciones carlistas en San Pedro Abanto. Al día siguiente bombardea las posiciones carlistas de Punta Lucero. El día 27 la Buenaventura cañonea Somorrostro. Los días 11 y 12 de abril la Buenaventura acude a rescatar el fuerte de Axpe en la ría de Bilbao, que había sido capturado por los carlistas, logrando ponerlos en retirada y recuperar el fuerte.
Luis pide al Ministerio de la Guerra de la forma reglamentaria que le sea reconocido su derecho a la medalla de la Guerra Civil. Lo más significativo del documento está en que lleva el sello 11º año 1878 con un impuesto de guerra del 50% al que se le añade otro especial de 10 cts. de peseta, con la efigie de Alfonso XII, más la póliza de la sociedad del timbre. Como se puede ver el Estado intentaba obtener todos los recursos posibles para sufragar los inmensos gastos de las guerras carlistas, las cantonales y las sublevación en las colonias. La peseta había entrado en circulación como moneda nacional oficial en 1869, siguiendo el acuerdo alcanzado en 1868 con la Unión Monetaria Latina
Y el 10 de noviembre de 1877, Don Alfonso XII, Rey Constitucional de España, le condecora con la Cruz y Placa de la orden militar de San Hermenegildo, con antigüedad de 16 de ese año. Así pues, el encabezamiento del decreto se traduce en el final del terrible periodo de enfrentamientos sucesorios en España.
Con este elegante documento (de 4 folios) el Ministro de la Guerra otorgó a Luis Serra y Rivero, el 3 de noviembre de 1879, la medalla de la guerra civil con el pasador de Cantabria, por ser ese el puerto de Santoña donde tuvo su base la escuadra de la formaba parte la zarandeada goleta "Buenaventura" por él mandada durante dieciséis meses y medio de campaña.
Luis, sentado a la izquierda de la fotografía, con otros marinos compañeros de armas. Murió en Segovia, el día 5 de julio de 1900 a los 67 años de edad, en la casa de su madre, sin haber contraído matrimonio, siendo capitán de fragata retirado.
Pablo con el uniforme del cuerpo de Administración Militar. Pablo Eugenio Serra y Rivero nació el lunes 6 de septiembre de 1841 en Madrid. Casó en San Juan de Puerto Rico el día 1 de abril de 1875, con Doña Dolores Lugo-Viña Dansó, hermana menor de Pilar, mujer de su hermano José, con quien tendría nueve hijos: Justa, Wenceslao, Isabel, Eugenia, Manuel, Francisco, Eduardo, Pablo y Luis Esta cuartilla de su expediente militar explica que "D. Pablo Serra y Rivero, hermano de padre y madre de D. Francisco Serra y Rivero, Comandante de Artillería en La Batería Europea de Manila, y de D. José Serra y Rivero, Teniente también de Artillería en el 4º Regimiento de Artillería sito en La Coruña."
Aprueba el exámen de ingreso (por unanimidad) de la Escuela especial de Administración Militar el 2 agosto de 1859, poco antes de cumplir 18 años.
Y esta es la portadilla del Espediente de su paso por la citada escuela, según consta en el ejemplar archivo de la Academia de Artillería."
Terminados sus estudios la reina Isabel II le nombra oficial tercero de Administración Militar el 18 de septiembre de 1861, con 20 años recién cumplidos, en un documento que lleva, además de la rúbrica de la reina, la firma de D. Leopoldo O'Donell.
El general O'Donell, nacido en Santa Cruz de Tenerife, fue un hombre tan duro como militar que como estadista. Por su triunfal campaña en Marruecos fue nombrado Duque de Tetuán, después tuvo que enfrentarse a la revuelta de Prim, pero su implacable forma de gobernar obligó a la reina Isabell II a apartarle del poder en 1866. Al año siguiente la reina Isabel II nombra a Pablo Serra Rivero teniente el 13 de junio de 1862, por su pase a Las Islas Filipinas.
Certificado de matrimonio de Pablo y Dolores expedido por el Presbítero Dr. D. Cristobal Vázquez, cura ecónomo de la parroquia de Santa María de Los Remedios de la ciudad de San Juan Bautista de Puerto Rico, el primero de abril de 1875.
En marzo de 1882 La Capitanía General De Puerto Rico expide la cuenta de permanencia en el distrito del Comisario de guerra de 2ª Pablo Serra y Rivero (8 años, 8 meses y 15 días) Para darnos cabal cuenta de los diferentes y distantes entre sí destinos de nuestro más directo antepasado de los Serra y Rivero, veamos la extensa relación de cuerpos y situaciones a que ha pertenecido desde su entrada en el servicio se señalan las siguientes fechas:
El 31 de enero de 1888 el Capitán General de Castilla La Nueva concede pasaporte al Comisario de guerra de 1ª clase para que marche de nuevo a Puerto Rico, a donde ha sido destinado otra vez, la acompaña su Esposa Dª Dolores Lugoviña ; siete hijos de 10, 9, 7, 5, 4 y 2 años y 2 meses; una nodriza y una criada.
El regreso a Puerto Rico va a ser fatal para Pablo,
En este comunicado de la Capitanía General de la Isla de Puerto Rico se informa del fallecimiento el día 25 noviembre de 1888, a la una de la tarde, de Pablo Serra y Rivero, Comisario de Guerra de primera clase, Interventor Militar del Ejército de la Isla, a consecuencia de una enfermedad gastro-intestinal (disentería, seguramente) a los 47 años, 2 meses y 19 días de edad, tras 28 años, 11 meses y 7 días de servicio. Lo que no precisa el prolijo informe es que Pablo murió a los ocho días del nacimiento de Luis, su último hijo.
Medio año después, el 5 de junio de 1889, "María Dolores Lugo-Viña y Dansó, viuda del comisario de guerra de 1ª clase que fue del Ejército de esta Isla
Pablo Serra y Rivero, respetuosamente a V.E. hace presente que siéndole de necesidad enviar a la Península a su hijo D. Wenceslao Serra Lugo-Viña a fin de que pueda
continuar sus estudios para aplicar a una carrera de Estado a V.E.
Desde luego el joven Laureano no va precisamente de uniforme militar... Laureano se presenta a la convocatoria de 1864 de la Escuela Especial de Administración Militar, seguramente siguiendo los pasos de su hermano Pablo, cinco años mayor que ya había salido de la Escuelas y estaba , . En esa instancia se hace constar que "Los documentos que faltan a este expediente se hallan en exp. de su hermano Don Pablo Serra y Rivero hoy oficial 3º del cpo." Mientras se firma y redacta el documento debe transcurrir un tiempo, porque a pie de página se vuelve a decir casi lo mismo, pero con un ascenso de por medio: "Los demás documentos se hallan en el expediente de su hermo. hoy oficial 2º de A.M." Pero lo mejor del documento está en donde se especifica: Información judicial de limpieza de sangre por la que resulta ser hijo de propietario Y no hay que dejar de lado que, al tratarse de un menor de edad y entonces se era hasta los 21 años en el caso de los varones y 23 años para las mujeres, se especifica en letra impresa al final del documento la "Obligación solemne de asistencia hecha por los padres en cuya compañía vive."
El médico que reconoce al aspirante Laureano certifica que "no tiene defecto físico que le impida para el servicio militar", pero lo más importante es el encabezamiento del espléndido certificado, en el se nos hace saber que Don Domingo García Roca, es Doctor en Medicina y Cirujía, subinspector médico del cuerpo de Sanidad Militar con destino en el Hospital de esta plaza y en la Escuela Especial de Administración Militar, caballero de la distinguida Orden de Carlos III y de la americana de Isabel La Católica, condecorado con la cruz de distinción de epidemias y con otras por acciones de guerra, etc., etc. Vamos, como para dudar de su diagnóstico. Dos grandes generales por una vez lado a lado: Francisco Serrano y Juan Prim Un documento de 1869 ascendiendo a Laureano Serra y Rivero al empleo de oficial segundo de Administración militar (teniente) que es especialmente valioso, no solo por su contenido, sino por quienes son las personas que lo firman, nada menos que los generales Serrano y Prim, en nombre del gobierno provisional, siendo Serrano regente del reino por voluntad de las cortes soberanas. No debía ser tarea fácil completar la carrera en la Escuela de Administración Militar porque en aquella época apenas una cuarta parte de los alumnos ingresados conseguía terminar los estudios y obtener el diploma. Por último, el triste despacho de la Intendencia Militar de la Isla de Cuba. participando el fallecimiento del oficial 2o Don Laureano Serra y Rivero en la madrugada del 13 de junio de 1869 (14 de junio, según otro despacho, que es copia del anterior) víctima de la fiebre amarilla, llegado a esta capital el 19 de mayo último procedente de la península.
Laureano había pedido el empleo en la isla de Cuba el 30 de marzo de 1969, es decir poco menos de tres meses antes. Cuando murió tenía solo 23 años. En Cuba las enfermedades tropicales causaron más muertes que los combates militares y la sangría de vidas humanas, fue impresionante. Para comprender mejor la importancia de las enfermedades tropicales en las Antillas, sobre todo la fiebre amarilla y la disentería, veamos el siguiente ejemplo: en la campaña última de 1895 a 1898, los muertos en combate o a causa de las heridas sufridas, ascendieron a 2 generales, 141 oficiales y 2.018 soldados y clase de tropa. En cambio, hubo en ese mismo periodo 440 oficiales y unos 53.000 soldados y clase de tropa muertos por fiebre amarilla u otras enfermedades, es decir: la enfermedad produjo unas 25 veces más muertes que las armas en el combate.
El Cuerpo de Administración Militar Durante casi un siglo, de 1828 a 1911 la Administración Militar forma parte del Ejército espan˜ol, El Cuerpo de Administración Militar comienza a llamarse así en el año de 1853 cuando se une Cuerpo Administrativo del Ejército el de Cuenta y Razón de Artillería. Debe señalarse que fueron muchas las dificultades que tuvo que vencer dicho cuerpo que ya arrancó con muchas trabas, tanto en lo referente a su organización, como en su forma y en la dependencia del Ejército, sufriendo también de una desigual formación de sus miembros, confusión en sus funciones y sin tener una clara idea de su cometido y funciones y con la desconfianza de las armas que seguían víendo en ese servicio algo muy similar a la fiscalización de la Real Hacienda sobre el antiguo Ejército. No podia ser de otra forma la situación de la Administración Militar pues en el siglo XIX, tras la invasión napoleónica, España vio desaparecer su imperio en el continente americano, sufrió tres guerras carlistas y se estremeció entre asonadas y golpes militares, vivió la desastrosa experiencia de la I República con su cantonalismo disgregador y, ya para terminar el siglo, llegó a la definitiva catástrofe de la guerra con los Estados Unidos que se tradujo en la humillante pérdida de los últimos restos del imperio en las Antillas y el Pacífico, sobre todo Cuba, la única parte del imperio que ha sido añorada por los españoles, porque jamás se ha oído un lamento por Argentina, o Venezuela, por Flandes o Nápoles, por Méjico o Uruguay, por las Marianas, las Carolinas o las mismas Filipinas, que solo la pérdida de Cuba ha sido causa de nostalgia profunda para los españoles, por eso la última guerra de Ultramar pasó a ser no una batalla, sino El Desastre del 98, el trágico fin de toda una era.
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